La verdad es terca y demuestra que el crimen comenzó el 16 de julio de 1936; dando paso a una guerra fratricida de tres años y a una dictadura de casi cuatro décadas. Durante este periodo Caín mató a Abel. Muerto el instigador de los Caínes, éstos siguieron gestionando los frutos del motín de guerra y lo que es más importante, disfrutando de la inmunidad de sus crímenes, que fueron muchos. Transcurrido el periodo de gracia que así mismo se concedieron, lejos de condenar su implicación en la dictadura, por acción u omisión, niegan la Memoria Histórica.
¿Por qué? Esta interrogante está magistralmente explicada en el trabajo de Ricard Vinyes.
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